la princesita, la confiada niña que no distingue a su abuela de un lobo, las fábulas que tienen un trasfondo terrible del que sólo te das cuenta cuando eres mayor -¿¿que el flautista de Hammelin era la peste negra y por eso las ratas le atraían y los niños terminaban siguiéndole??-. ¿y dónde están los cuentos que les hablan a los niños de cosas de hoy en día?.
estoy seguro de que ya los hay, y a cientos, en España... pero cuando yo tenía 2 añitos me leían la misma literatura infantil que se lleva leyendo desde el siglo XIX.
comentando algunos de los cuentos infantiles que aún tengo en España, una amiga alemana me dijo: ¿pero no son todos un poco aburridos?. y es verdad, comparado con los que estoy leyendo ahora aquí -sí, estoy leyendo libros infantiles, me ayuda con la gramática, ¿algún problema?- todo aquello era un bluff ñoño.
te pongo un ejemplo: Janosch. un anarquista alemán, afincado en Tenerife, que lleva más de trenta años escribiendo historias en las que a sus personajes, niñ@s o no, las cosas no siempre les salen bien pero que se las arreglan para encontrar su camino en el mundo. ya sea el genial Schnuddel -que sufre ataques pe pájaros y perros pero sale adelante porque sabe pensar y acepta sus fallos- o el tigre -que se pasa la vida buscando la manera de prosperar, irse a Panamá a comer fruta, y mientras ayuda a la gente que no es feliz-, o cualquiera de las más de cuarenta obras.
es verdasd que en los libros de Janosch hay gente sin suerte, mendigo que se emborrachan bajo los puentes, familias que no tienen tanto dinero como otras... pero siempre se sobrevive gracias a la inteligencia y buena voluntad -no sólo lo último-.
el hecho de que te cuenten esas historias cuando eres niñ@ hace que tengas una experiencia menos traumática del paso a la adolescencia, cuando te explican que los mitos [los tres reyes, el ratoncito, la bondad masiva y la infalibilidad paterna] son mentira.
nunca defenderé que se les niegue la inocencia a los niños, o la iusión, o la fantasía... pero creo que es un error poner aquellas historias de pricesas y garbanzos como modelo. asumir desde el principio que las cosas pueden ir mal y que se pueden solucionar es bueno. y no sólo para infantes.
salvaría, de entre las muchas que ahora no recuerdo, la de Pulgarcito (la versión de Perrault, no la de los hermanos Grimm). el tipo consigue volver a casa y ayudar a su familia, eso siempre me impresionó.
[foto de Schnuddel, propiedad intelectual de Janosch]
3.8.08
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