30.9.08

historias de comienzos

personalmente prefiero las de regresos, pero ésta me gusta bastante.

se llama Sean Platt y es un tipo. casado y con dos hijos, chico y chica. por la foto de su blog es el típico vecino con el que te cruzas cada día e intercambias un mecánico saludo y nada más. pero Sean tiene algo interesante que le hace destacar sobre la masa de caras anónimas de la blogosfera: tiene una especie de ilusión naïve que comunica en su blog desde hace cuatro meses. no sé cuánto tardará en perder esa frescura pero me alegraré mientras dure.

Sean habla sobre su vida como cuidador de guardería y como escritor en apuros, lo que me gusta bastante. habla de cosas cotidianas y las mezcla con las rutinas e quien quiere vender sus creaciones y sólo consigue arañar la superficie de lo que se propone. pero más aún, Sean cuenta lo difícil que es dar un salto al vacío e intentar tomar las riendas de tu vida por encima de las presiones de tener el futuro asegurado.

no digo que sea una buena idea tirarlo todo por la borda solo porque tienes un sueño -sobre todo si tu sueño es estúpido en caso de duda sobre tu propia estulticia pregunta a tus amistades, puede que te den una pista sobre el asunto-. pero a veces merece la pena atreverse a desbrozar poco a poco la maleza de tu propio camino.

hay que tener valor, eso está claro.

puede que no sea el blog más inteligente con el que me he topado en los últimos tiempos pero es una lectura que resulta interesante y cuyo final -publicar en serio, dedicarse por completo a escribir...- resulta aún incierto. aunque tal  como están las cosas...
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29.9.08

rompiendo límites -desde una posición segura-

la semana pasada tuvimos que leer para clase un capítulo de "Politics of passion", libro escrito por mi profesora Gloria Wekker. en menos de cien páginas, nos cuenta como realizo su investigación sobre el mati en Surinám -de donde ella se marchó siendo una niña-.

lo chocante del artículo, a parte de lo interesante del tema, está en que se vio sumida en una relación erótica con su principal informante... y lo cuenta con toda naturalidad. el tema está en que no puedes hacer eso cuando eres un/a don nadie... la patada en el culo que te darían sería tan grande que posiblemente no te podrías volver a levantar.

no me imagino a nadie en el contexto de la universidad española poniendo por escrito que ha tenido algún tipo de relaciones sexuales con un sujeto de investigación y saliendo sin problemas de la situación... supongo que los comités de ética se encargan de evitar que este tipo de cosas pasen -¡o que nadie se sienta con fuerzas para contarlo a viva letra!-. el tema es que me impresiona la fuerza de esta mujer... y su forma de provocar al alumnado poniendo el texto entre las lecturas usto cuando estamos hablando acerca de cómo llevar a cabo una investigación desde el punto de vista de género.

incluso en la periferia hay centros de poder. claro.
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escribir sobre el mar cuando vives en el desierto y la arena azota

cuando intentas escribir sobre algo que recuerdas, sobre sensaciones que una vez tuviste, el ambiente es un aliado aún más decisivo que de costumbre. si cambias de contexto vital corres el riesgo de cambiar las cosas. de alterar tus ideas iniciales y perderte en cosas que no querías ni te interesan pero que están presentes en tu nuevo día a día. y jode mucho tener que reescribir una y otra vez las cosas que antes habrías tecleado en unos minutos sólo porque estás en un animo diferente al que necesitas para hacer las cosas bien.

está claro que lo que te pasa se refleja en tus creaciones, ya sean recetas de cocina, música, performaciones sexuales o literatura... pero esto me parece excesivo. desde que estoy en Utrecht sólo he podido escribir unas cinco páginas decentes -bueno, es una forma de hablar, no me entiendas literalmente- en unas 10 horas dedicadas trabajo.

y no es que no haya tentado a las musas con todo tipo de sobornos... desde observar fotos y escuchar canciones hasta llenar el buche con zumo de cebada o besuquear con ternura y ojos enrojecidos los amargos labios de la Seña María. nada funciona.

entre eso y que no dispongo de conexión a internet para escribir con regularidad en el blog, estoy en una época de muy poca creación. qué lástima.

pero estoy seguro de que a partir del viernes de la semana que viene recuperaré mi presencia online... me vuelvo a Heidelberg a tomar aire. los billetes de tren son muy baratos y tengo n poco de tiempo libre así que... volveré a escribir.

bueno, empezaré el lunes... tengo que ponerme al día con la ciudad.
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prostitución y esas cosas de Amsterdam

así, a secas, la prostitución me parece una muestra de que el sistema apesta. es una mierda. y alguien paga por ello con el sudor de su entrepierna. de esas trabajadoras, el  98% son mujeres.

el acto en sí de intercambiar favores sexuales por bienes no me parece necesariamente mal... si pudiéramos sacarlo de su contexto y hacer de ello algo más alejado de esa semi-esclavitud que es en realidad la prostitución.

brevemente, esas son mis dos reflexiones sobre el tema.

y luego está Amsterdam.

el barrio rojo es en realidad una serie de calles y callejas en las que puedes encontrarte un coffe-shop, un sex-shop, una tienda de licores, un restaurante y una sucesión de ventanas en las que mujeres medio desnuda se contonean para llamar tu atención y te dedican sonrisas invitándote a entrar para goar de sus servicios. por un módico precio que ronda los 40€ si hablas de oral o 60€ -o más- si prefieres otro tipo de sexo, ya sea penetración vaginal, anal, variados... el cielo es el límite, parece ser.

a primera vista, esas prostitutas están a años luz de sus iguales en otros países. en Amsterdam son ellas quienes te llaman y quienes tienen la capacidad de movimiento entre su espacio -privado pero expuesto- y el tuyo -público-. resulta extraño verlas expuestas como mercancías, apoyadas en los marcos de las ventanas con su lencería imposible, y ver el efecto que tienen entre quienes circulan por las calles... que las miran más o menos de reojo, sabiendo que lo que hacen quizá sea legal pero resulta de alguna manera turbia. porque lo es. todo el asunto resulta escabroso, auqnue la ley le de paso... se respira en el ambiente que quien está allí no va en busca de un encuentro inter pares sino que "se va de putas" y eso supone una relación de poder en que, al final, da igual si te gusta humillar o ser humillado, hay alguien que elije el servicio y alguien que lo suministra.

resulta significativo que en un país como Holanda, que tiene reputación por su avanzada mentalidad frente a la sexualidad -por ejemplo los juguetes eróticos se pueden comprar en casi cualquier tienda un poco grande- más del 80% de las prostitutas sean inmigrantes. hay trabajos peor pagados que la prostitución que están mucho más demandados... y esto echa por tierra el argumento de que legalizar la prostitución sea una forma de convertirla en una profesión más, sin riesgos. otro punto en contra de esa teoría idílica es que la presencia de proxenetas, uno de las mayores lacras de la prostitución, no desaparece en el barrio rojo, sino que simplemente se convierte en una profesión más parecida a la de un cuerpo de seguridad. si una chica tiene problemas con un cliente, le basta con pulsar uno de los muchos "botones de pánico" que hay diseminados por las habitaciones para que alguien vaya en su ayuda. y ese alguien no lleva placa de policía.

la unión entre sexo y fácil acceso a la marihuana hace que las calles de Amsterdam sean un paraíso para aquellas personas que quieren experimentar la deshinibición como rutina... y eso atrae a mucha gente bastante turbia, al margen de las turbas de amables salidos que llegan de todas partes -hay muchísimos españoles- sólo para sacudirse de encima el hastio existencial.

toda una experiencia observar estas cosas.

debo decir que gran parte de la información que arrojo desde este post es posible gracias a las mujeres del centro de información sobre la prostitución de Amsterdam. increíble la labor que levan a cabo.
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20.9.08

pasos y pesos (porros sin besos?)

... pero ese no es el tema

caminas por una ciudad que no es la tuya. encuentras esquinas que merecen ser dobladas y pasos que sabes debes dar. pero no es tu ciudad. no encaja como debería.

en otras no pasa eso. llegas y te sientes allí, quizá tengas que volver a aprender los recorridos, pero eso es todo.

camino sobre adoquines gastados. respiro un aire de perfumes fríos junto a tranquilos canales. esos son mis paseos por Utrecht.

hay casas con mujeres casi desnudas en las ventanas. hay hombres que salen de los coffeshops con los bolsos llenos de conos de alegría. hay buenos precios en la comida si no te importa que tu marca sea blanca.

no hay piedad.

la burocracia se mueve por Utrecht como una reina por las cocinas de palacio. se siente superior y nadie piensa siquiera en hacerle frente. los alemanes son unos desorganizados, ahora lo tengo claro.

leo poemas de amigos lejanos y siento la necesidad de tomarme una cerveza en el bar de mi calle, una de mis calles, la calle en que crecí. de preguntar, por qué? por qué? por qué?

me falta el hilo de plata y unoscerosunosceros que me saca del espacio cuando estoy en sitios en que no están otras personas que quiero.

entro en salones con frescos en las paredes y hablo sobre cosas que apenas entiendo. me dicen que bien. digo que el esencialismo y me responden "tranquilo, cruzaremos ese puente cuando lleguemos al río". y una mierda. no hay puente como no hay cuchara.  casi nadie sabe nadar en la academia. y menos sin guardar la ropa como quiero hacer yo.

qué se le va a hacer. lo dicen los Red Hot: "The more I see... the less I know". qué puedo hacer yo.

me desangro económicamente y busco soluciones que no buscaba desde hace tiempo. la tranquilidad me ha vuelto blando y confiado. hay que volver a cazar incautas gacelas. hay que volver a escribir anuncios, volver a llamar a las empresas y decirles que el español... los negocios... mis honorarios.

mezclar Califas con Europa. mentalidad de guepardo sin más garras que las de la apariencia y unas pocas destrezas guardadas bajo las patas almohadilladas. es lo que tiene jugar en ligas superiores. que los árbitros no te pasan una.

pero también hay buena cerveza belga y buenas conversaciones en mil lenguas. y la sensación de volver a estar en un lugar de fractura, en otro sitio casi tan bueno como otro sitio en el que he estado.

me llegan mails desde lejos, me invitan a volver al pasado y marcharme a Grecia para continuar una conversación que lleva muerta un par de años... "hasta donde alcanza la vista..."

muchas cosas y poco tiempo para contarlas. por eso esto. por eso garabatear poemas en cuadernos sobrepreciados. las ventanas de mi cuarto dan a paredes oscuras y cielos aún más grises. pero da igual, a veces no puedo verlas por la maraña de letras que esquematizan mil ideas en color azul. "nada genuinamente original a la idea del juego...???sí, pero WTF". pero claro que esa es mi forma de acercarme alas cosas. de recordar las cosas. de contarme las cosas para cuando las olvide.

el falso hermano de Aberl en la iglesia de la reconciliación, en Berlín. he estado allí y me hubiera encantado estar allí.

leo a Auster, leo a Haraway, leo a Martin y a Harding. todo se mezcla en mi cabeza. unos se meten con otras. y viceversa.

una buena historia vale más que la Historia, qué quieres que te cuente...

... que no te esté contando ya
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16.9.08

pequeña anotación sobre el miedo -o como el 9/11 ha vuelto paranoico medio mundo-

no iba a escribir sobre esto, pero desde el pasado jueves he tenido tiempo para hablar del 9/11 con varias personas, varias norteamericanas, algunas europeas del este y del oeste, y un par de latinoamericanas. las experiencias que nos contamos tenían mucho en común... el miedo y la desconfianza.

el jueves se cumplieron siete años del atentado contra las torres gemelas en NY, tiempo suficiente, como dice Beth, para que todas nuestras células cutáneas hayan abandonado nuestro cuerpo siendo reemplazadas por la nueva piel. pero algo que cogimos aquél día, de la misma manera en que se coge una enfermedad, sigue con nosotros y nos acompaña allá donde vayamos. el miedo a que se vuelva a repetir y que esta vez estemos allá, bajo las torres.

el primer 9/11, el estreno de este terror, lo viví en Bruselas, frente al palacio real, con la guardia formando en el patio y los tanques desfilando hasta tomar posiciones alrededor de los cuarteles de la OTAN. nos llamaron desde EEUU y de Madrid para ver si mi madre tenía algún contacto de habla hispana en New York. todo bastante surrealista y acojonante, porque nosotros no sabíamos nada de la caída, eso lo descubrimos junto a otras muchas personas incrédulas, frente a la televisión de un restaurante que se había quedado congelado. la frase que se repetía era: "Va a haber otra guerra". y fue verdad.. pero no como nosotros pensábamos. en parte porque aquello de que la Casa Blanca estaba en llamas era un bulo, pero eso lo supimos después.

esa primera fue el comienzo de una serie de sentmientos enlazados que se vivieron de manera muy diferente en diferentes partes del mundo. lo que vino después -Londres y Madrid- fue lo que hizo que el paníco cundiera entre quienes saltamos entre países con cierta asiduidad.

mi primer 9/11 norteamericano fue en el 2005... y no tuvo nada de especial, salv que pude conocer de primera mano las vivencias y formas de vivir con el terror en EEUU. desproporcionado en muchos casos.

mi segunda vez fue más acojonante porque, en el 2006, no me di cuenta de la fecha y estaba en downtown LA justo a la hora en que había tenido lugar el ataque, así que pude ver la desolación en la cara de quienes se reunieron en la calle y, más aún, la ausencia de gente en la zona más administrativa de la ciudad, donde hay pequeños parquecitos y muchas cafeterías... nadie. cerca del ayuntamiento tan sólo un grupo de mendigos murmuraban sus letanías en las calles cubiertas de polvo.

hace tres días, aquí en Utrecht, viajaba en el autbús universitario hacia el campus de la ciudad. estaba rodeado por cientos de estudiantes pero una cosa llamó mi atnción: un chico jóven, de unos 20 años o así, pulsó el botón de parada, cogió una caja -como de zapatos- que llevaba en el regazo y la metió cuidadosamente debajo de unos de los asientos. selevantó y se bajó del bus.

tuve que obligarme a no salir yo también del vehículo, de no saltar antes de que las puertas se cerraran.

l que hice a continuación fue muy cobarde, muy poco cívico y bastante sensato. me quedé sentado durante los diez minutos extra que duró el viaje. mirando a la caja. poco antes de llegar a mi parada -curiosamente Heidelberglaan- la chica sentada sobre la caja le pegó un golpe con los piés y la sacó de allí, sin ninguna sorpresa, con curiosidad. la abrió y la volvió a tirar bajo sus piés mientras hablaba con su compañera. al llegar al campus ví muchas de esas cajas junto a la parada, en las papeleras. eran algo así como un wellcome kit que la universidad había regalado unas horas antes, según me contaron luego. pero para mí había sido un símbolo del peligro potencial, de la facilidad con que se puede matar a decenas o cientos o miles- de personas.

no hace falta decir que no me gusta el hecho de que encontrarme convertido en racista -el chico tenía la piel más oscura que la mía. de haber sido diferente posiblemente yo hubiera reaccionado de manera diferente- y en un cobarde.

pero no lo puedo evitar.

[esta entrada debería haber sido publicada el domingo 14 pero debido a ciertos problemas técnicos, como no tener acceso a la red, aparece hoy martes y sin imágenes]
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10.9.08

la visibilidad

acabo de terminar una sesión del máster. yo ra el único chico y estaba contento porque nadie había dicho nada al respecto -no como en mi alma mater donde cada nueva profesora sentía la necesidad de señalar con el dedo a los "valientes", cosa que siempre me pareció un poco rara-. todo iba bien hasta que nos tuvimos que prsentar y entonces, al decir mi nombre, al oirse mi voz de varón, me encontré con las miradas curiosas/divertidas/ceñudas/sorprendidas de casi todas mis compañeras. ¡wow, así que eso es lo que se siente cuando te hacen visible de golpe!. supongo que será algo parecido a lo que pasa en una clase del módulo de mecánica cuando una chica se matricula.

el hecho de ser visible y la reacción de mis compañeras, más bien la variedad de reacciones, me hace pensar que en un sitio de debate sobre sexos y géneros como en el que me encuentro, se pueden renegociar muy bien las identidades. más facilmente, quiero decir, que en "el mundo real", aunque sólo sea porque una gran parte de la gente matriculada en este máster tiene una idea muy flexible sobre la sexualidad y los significados a ella adheridos.

espero poder comentar aquí las impresiones que este tema me produzca, porque creo que puede ser interesante meterme de lleno en esta dinámica deconstructiva de los estereotipos. por ejemplo: la forma de vestir de muchas de mis compañeras se adapta bastante al estereotipo de "la lesbiana". ¿pero qué quiere decir eso?, ¿que llevan el pelo corto y ropa considerada tradicionalmente masculina?, ¿tiene sentido decir que una camisa, un pantalón de pinzas y un chaleco son ropa masculina?, ¿cómo se me percibe dentro de ese grupo, yo que visto como un chico pero estoy en un grupo de estudios de género?, ¿estoy desafiando algún estereotipo sexual por mi mera presencia?.

fuera de la clase sigo siendo invisible porque soy un tío y eso me garantiza, en muchas ocasiones, la posibilidad de hacer lo que quiera siempre que respete ciertas normas mucho más amplias que las que deben respetar las mujeres para no ser objeto de la mirada pública. dentro de la clase yo soy el otro, y es interesante sentir la presión que ser visible en medio de una multitud supone.

muchas preguntas que será un placer pensar en letra impresa, aquí. espero que os interese lo que viene.
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7.9.08

Utrecht y yo

no sé que contar sobre esta hermosa ciudad... salvo que me ha tratado muy mal. y si ahora se comporta es porque ya no me hablo mucho con ella.

diría que es la Venecia del norte de no ser que esa denominación se la lleva Brujas junto a Lübeck, Amsterdam y quién sabe cuántas más. el tema es que tiene canales por los que pasan barquitas y turistas en cosas flotantes a pedales. todo tiene mucho encanto. cuando no llueve, que es bastante a menudo.

llegué a la ciudad como se tiene que hacer en estos sitios, en tren, a la antigua. me quedé helado al ver que la estación está prácticamente comida por un centro comercial enorme que se le ha formado a modo de quiste en la parte delantera. así que para salir de allí hacia el centro tienes que atravesar pasillos y pasillos de tiendas varias. te aseguro que si vas con prisa, eso putea un poco.

encontrar el piso fue fácil, el taxista que me cobró 14€ por un viaje de 10 minutos sabía dónde estaba. luego llegó asentarse en el piso, decorado ya desde el portal como un nido de adictos al crack.

lo de saber que no nos iban a poner internet porque no teníamos ninguna salida de teléfono, fue un punto extra a juego con el rasgado papel del pasillo y el extraño olor primigenio que emana del retrete.

pero la ciudad es preciosa. y a veces sale el sol. la catedral tiene una torre medieval impresionante a la que puedes subir. pero antes tienes que pagar 2,40€ para llegar al centro -ese es el precio de 15 minutos en bus-.

se ve por dónde voy, ¿no?. la ciudad es cara, carísima.

ahora que ya lo sé he minimizado gastos -después de comprarme una tarjeta sim, un móvil de hace 7 años y el ticket de autobús para un mes- y creo que comeré mucha pasta con tomate y cosas deliciosas pero baratas en las próximas semanas.

al margen de eso, el campús principal es genial, co una gran biblioteca de diseño, infraestructuras nuevecitas, varias cafeterías y pubs... una pena que mis clases tengan lugar en el campus centro que son cuatro hermosos edificios desperdigados en el barrio antiguo. aunque eso también tiene su encanto, aunque tenga menos ambiente estudiantil.


a pesar de todo lo contado, está ciudad y yo nos vamos a llevar bien -más nos vale- y tiene algunas cosas que me encantan -como el amor por el jazz-. le voy a dar una semana más antes de juzgarla. mis prejuicios se quedan mientras tanto.



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4.9.08

gimnasia cerebral -brain fitness-

ya no basta con ir al gimnasio para hacer un poco de ejercicio por aquello del "mens sana in corpore sano", ahora hay que hacer ejercicio también con el cerebro, para soportar mejor el paso de los años, mantener la brillantez o alguna pijada de esas... y yo me pregunto ¿pero eso no se hace cada día?. parece que no, que necesitas comprarte una DS o bajarte los 3500 entrenadores cerebrales que hay disponibles para tu móvil. ahora que el marketing se preocupa por la salud de nuestras neuronas, la cosa está ya clara. es una moda entre la gente de cincuenta años. ahora que todo el mundo hace sudokus y esas rejillas numéricas nos parecen tan normales como una sopa de letras de las de toda la vida, el hacer algo diseñado profesionalmente para entrenarte, ya no es nada raro. hasta mi madre quiere comprarse la consola de las dos pantallitas.

¿se nota que me parece un poco ridículo cómo se plantea toda la cuesión?

me enfada, incluso, un poco que se esté creando este hip sobre el deterioro mental y la disminución de las capacidades cognitivas.. y su solución mediante este tipo de productos generalmente caros y muchas veces sin más novedad que el formato en que se presentan -porque test lógicos se pueden comprar desde siempre en formato libro y, además, de baratillo-.

sigo pensando que para mejorar la percepción espacial, o estimularla o lo que sea que se hace con ella, lo mejor es sacar todos los tapperwares del armario e intentar ordenarlos de manera que ocupen lo menos posible -tiene su miga- y para la agudeza y rapidez creo que aún no han inventado nada como el juego de los siete errores o buscar por la calle matrículas de coches que sean capicúa -estuve enganchado a eso durante un par de años... buff, menudo cuelgue-. y eso lo puedes hacer sin gastarte 200€ en maquinitas -que a mí me gustaría tener pero sin excusas cerebrales- y en juegos sobrepreciados.

en esta línea de mezclar los juegos cerebrales con la vida cotidiana está la buena gente -digo yo- de litemind, que nos ofrece un interesante post: 120 Ways to Boost Your Brain Power. sinceramente creo que muchos de sus consejos son un poco tontos pero hay ideas interesantes.
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